Depender de una sola variedad significa que la industria platanera es extremadamente vulnerable a los brotes de enfermedades. Por lo tanto, la noticia de que el Cavendish ya no puede resistir a la destructiva enfermedad de Panamá está causado estragos. Millones de personas en todo el mundo dependen de los plátanos en una importante parte de su ingesta calórica.
El 60% de las variedades de café están en peligro de extinción debido al cambio climático, las enfermedades y la deforestación, incluyendo la variedad Arábica, la que la mayoría de los bebedores de café disfrutan a diario. Tales extinciones pondrían a los mercados mundiales de café en grave riesgo, lo que afectaría los medios de vida de muchos pequeños agricultores.
Adaptable y altamente productiva, la papa ha salvado a millones de personas del hambre. Sin embargo, las condiciones meteorológicas extremas causadas por el cambio climático podrían llevar a la extinción a 13 especies de papas silvestres para el año 2055. Tal pérdida podría ser catastrófica. Por ejemplo, en 2007 una inesperada helada acabó con toda la cosecha de papa en la región de Huancavelica, en Perú, excepto una variedad: la Yana manua. Esta única variedad salvó a las familias de la región de padecer hambre extrema.
Las fresas en Estados Unidos están en riesgo debido al aumento de las temperaturas como resultado del cambio climático. Un estudio de la Sociedad Internacional de Ciencias Hortícolas ha demostrado que las temperaturas más altas de lo normal están retrasando su floración, una tendencia que podría representar una disminución más permanente en la producción de fresas.
El cacao, el ingrediente esencial del chocolate, solo puede crecer si se dan determinadas condiciones, lo que lo hace increíblemente sensible a factores como el cambio de temperatura. Por tanto, es preocupante que el cambio climático esté provocando temperaturas cada vez más volátiles en muchas regiones donde se produce este cultivo. Un estudio del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) muestra que muchos agricultores verán una disminución sustancial en la producción de cacao para 2030.
Si continuamos destruyendo el mundo natural, veremos más brotes como el COVID-19 y la próxima pandemia podría ser aún más mortal y costosa.
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