La mayor parte de esta destrucción se debe a los ciclones, que se vuelven más potentes y frecuentes a medida que aumentan las temperaturas. Otros daños se producen en forma de "blanqueamiento del coral". Los arrecifes sanos obtienen su color brillante de las algas microscópicas que viven en la dura estructura externa del coral. Estas algas ayudan a producir alimento para sus huéspedes, pero si el agua circundante se calienta demasiado, las algas se van. Esto elimina la principal fuente de alimento del coral, así como su color. Los arrecifes pueden sobrevivir a breves periodos de blanqueo, pero a largo plazo la situación es fatal.
Otras amenazas provienen de la extracción de petróleo, la construcción de puertos, el dragado, la navegación y, por supuesto, la pesca. Las trampas para peces, las redes y otros desechos desechados pueden dañar gravemente los arrecifes de coral, y la sobrepesca de ciertas especies también tiene un gran impacto. Por ejemplo, algunos peces se alimentan de algas marinas, por lo que si se extraen demasiados peces del arrecife, las algas pueden abrumar al coral en el que viven.
Y luego está el efecto de la agricultura. Cuando los fertilizantes nitrogenados llegan al océano, provocan un gran aumento de las algas. Estas algas son consumidas por las larvas de las estrellas de mar, provocando una explosión demográfica. Una sola estrella de mar adulta puede comer hasta 9,5 metros de coral vivo al año. Durante un brote en 2015, la Gran Barrera de Coral albergaba entre 4 y 12 millones de ellas.
Los arrecifes de coral cubren menos del 0,1% del suelo oceánico, pero albergan una cuarta parte de todas las especies marinas de la Tierra. Esto los convierte en ecosistemas increíblemente biodiversos, que sostienen una compleja red alimentaria de organismos que nos incluye a los humanos.
Se cree que alrededor de 850 millones de personas en todo el mundo dependen de los arrecifes de coral para su alimentación y sustento. Los arrecifes sanos sustentan directamente unos 30 millones de puestos de trabajo en la pesca artesanal. El turismo de arrecifes es una industria de 36 mil millones de libras, que da trabajo a miles de personas en algunos de los países más pobres del mundo.
Los arrecifes son fundamentales para las culturas de muchos pueblos indígenas y una fuente de asombro para todos los que amamos el mundo natural. Los extractos de coral se utilizan cada vez más para mejorar nuestro bienestar físico, proporcionando tratamientos para el asma, la artritis, el cáncer y muchas otras enfermedades.
Estas enormes estructuras vivas incluso proporcionan a la humanidad una barrera física contra los daños. Las investigaciones han demostrado que los arrecifes de coral reducen la energía de las olas hasta en un 95%, proporcionando a las comunidades costeras una protección vital contra los tsunamis y las tormentas.
En resumen, la importancia de nuestros arrecifes de coral es enorme. Por desgracia, también lo son las amenazas a las que se enfrentan.
¿Por qué debemos preocuparnos?
La Tierra ha aumentado de temperatura en premedio 1,2°C desde la época preindustrial, y en los últimos 40 años hemos perdido el 50% de nuestros arrecifes de coral.
Si la temperatura media mundial aumenta 1,5ºC, la pérdida será de entre el 70% y el 90%. En un mundo con 2°C de calentamiento, sólo quedará un 1% de nuestros arrecifes de coral.
¿Por qué debemos tener esperanzas?
Sin esperanzas ¿cómo podremos ayudar a los arrecifes de coral a sobrevivir? El paso más importante es hacer frente al cambio climático, lo que significa reducir drásticamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, debemos aceptar que no será posible salvar algunos arrecifes. Lo que hace aún más importante cuidar tanto como podamos.
En algunas partes del océano, las corrientes frías suben desde las profundidades, enfriando el agua de la superficie. Por ello, los arrecifes de estas zonas son más resistentes al cambio climático. Si los protegemos, podrían regenerar a los arrecifes de otras zonas. Esto se debe a que las larvas de coral se dispersan por todo el mundo gracias a las corrientes oceánicas. Así, cuando las larvas de un arrecife resistente llegan a uno dañado, podrían afianzarse y reconstruirlo.
Héroes locales
Estos arrecifes más resistentes suelen estar cerca de comunidades que se enfrentan a sus propios retos. Para algunos pescadores y agricultores, el cuidado del coral puede parecer una preocupación secundaria en comparación con la presión inmediata de llegar a fin de mes. Ahí es donde entran en juego iniciativas como Coral Reef Rescue. Se trata de una asociación de científicos, organizaciones como WWF y comunidades que trabajan para mejorar la educación, las oportunidades y la seguridad alimentaria de estas comunidades. El objetivo final es dar a la gente las herramientas y los recursos que necesitan para proteger sus propios recursos naturales.
Los datos son otra herramienta clave. Los miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU miden ahora el tamaño de sus arrecifes, la cobertura de coral vivo y el número de peces que albergan. Al cotejar sus progresos con los objetivos mundiales de biodiversidad, estos países pueden ver qué intervenciones están funcionando realmente y centrar su labor de conservación de forma más eficaz. Este enfoque también hace que los datos globales y regionales sean más coherentes, lo que ofrece una imagen más fiable de cómo cambian los sistemas de arrecifes a lo largo del tiempo.
La próxima generación de corales
La Fundación para la Restauración del Coral de Florida está tomando fuertes medidas. Aquí, los buzos están cultivando nuevos corales en viveros submarinos, listos para ser replantados en los arrecifes dañados. Mientras tanto, los científicos de la Universidad de Hawaiʻi en Mānoa están estudiando un enfoque más controvertido, llamado "evolución asistida". Se trata de encontrar corales que parezcan más resistentes al aumento de temperaturas y llevarlos al laboratorio para exponerlos a aguas aún más cálidas. Si se adaptan al aumento de las temperaturas, estos corales más resistentes podrían utilizarse para criar generaciones más fuertes de corales para el futuro.
Así que, aunque no hay duda de que las amenazas a nuestros arrecifes de coral son graves, con un esfuerzo concertado podemos ayudar a cambiar la situación.