La salud de nuestro planeta depende de comprender cómo está cambiando la naturaleza. Pero, ¿cómo cuantificamos algo tan vasto y complejo como la propia naturaleza?
La respuesta radica en los indicadores de la naturaleza, un conjunto de herramientas diseñadas para medir diferentes aspectos de la naturaleza y seguir su estado a lo largo del tiempo.
**¿Por qué medir la naturaleza?**
Ningún indicador único puede captar todo sobre la naturaleza. En su lugar, necesitamos un conjunto de indicadores para ofrecer una imagen completa. Estos indicadores nos ayudan a:
- Comprender cómo está cambiando la naturaleza a nivel global y local.
- Identificar áreas que requieren esfuerzos de conservación focalizados.
- Proyectar cómo podría cambiar la naturaleza bajo diferentes escenarios, lo que nos permite planificar para el futuro.
- Evaluar la efectividad de las estrategias de conservación.
**Cómo se mide la naturaleza**
Ningún indicador único puede capturar el cuadro completo. Los indicadores de la naturaleza funcionan como un equipo diverso, cada uno proporcionando una perspectiva distinta. Por ejemplo, el Índice de la Lista Roja mide los cambios recientes en el nivel de riesgo de extinción dentro de grupos de especies, mientras que el Índice de Integridad de la Biodiversidad ofrece una visión a largo plazo mostrando cuánto de la biodiversidad natural de un área se conserva.
El principal indicador en el Informe del Planeta Vivo es el Índice del Planeta Vivo (LPI). Este sigue los cambios en las poblaciones de especies vertebradas (anfibios, aves, peces, mamíferos y reptiles) que se están monitoreando en sitios de todo el mundo, basándose en datos de más de 35,000 poblaciones de 5,495 especies. Reúne estas diversas tendencias poblacionales para mostrar el cambio promedio general desde 1970. El LPI global se puede dividir en índices separados para especies terrestres, de agua dulce y marinas, o calcularse para diferentes regiones.
**Indicadores de la naturaleza: Contando la historia del cambio**
Los indicadores de la naturaleza van más allá de documentar el pasado. También pueden ayudarnos a planificar para el futuro. Al analizar las tendencias actuales, podemos proyectar cómo podría cambiar la naturaleza bajo diferentes escenarios. Esto nos permite identificar riesgos potenciales y seleccionar soluciones efectivas para minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios que la naturaleza proporciona.
Poblaciones saludables y diversas son esenciales para un ecosistema que funcione correctamente. Además de rastrear el tamaño de las poblaciones, podemos usar indicadores para investigar el papel de las especies dentro del ecosistema más amplio.
Por ejemplo, estudios muestran que la disminución de grandes animales frugívoros en el Bosque Atlántico de Brasil interrumpe la dispersión de semillas. Esto está llevando a cambios en los tipos de árboles que conforman el bosque y reduciendo la cantidad de carbono que almacena.
Los indicadores de la naturaleza proporcionan un lenguaje poderoso para entender la salud de nuestro planeta. Revelan la urgencia de la situación y ofrecen valiosas perspectivas para estrategias de conservación efectivas. Al adoptar estas herramientas, podemos trabajar hacia un futuro en el que la naturaleza prospere para las generaciones venideras.